Qué difícil es encontrar las palabras adecuadas para decir las cosas. Sí, digo "cosas" porque quiero generalizar. Me resulta horrible y agobiante tener millones de ideas en la cabeza y no saber con qué palabra empezar a soltar todas y cada una de ellas. Así que, indagando por el interior de mi complicadísima cabecita, he llegado a la conclusión de que mi problema es que pienso mucho. Muchísimo. Doy demasiadas vueltas a los asuntos más insignificantes que te puedes imaginar. Pero claro, lo mejor es, que cuando ya creo haber dado con la respuesta adecuada, millones y billones de pequeñas e irritantes "Anitas" mentales se ponen gritar cual locas juzgando los pros y los contras de la que debería ser mi "respuesta perfecta". Por lo que al final, me quedo como estaba; sin respuesta que dar y un lío mental de tres pares de narices. Y es que esto es así. Soy una persona obsesiva por naturaleza. Aunque más que obsesiva, me defino como..."pensadora", que le da un aire más filosófico y me da pinta de "chica interesante". Pero bueno, como sé que no puedo ponerle remedio, lo acepto y eso que me llevo. Por lo que, para finalizar mi "reflexíon", sacaré el máximo partido a la "pensadora" que llevo dentro y diré: "Vive el día a día, momento a momento, y que no te importe lo que diga el resto".
En un mundo donde recibimos un trillón de información al día como no vas a pensar y a re-re-re-repensar.
ResponderEliminarPensar es bueno y mostrarnos tus pensamientos mejor.
Un saludo.
PD: escribes genial.
¡Te doy toda la razón del mundo!
ResponderEliminarOtro para ti :)
PD: ¡Muchas gracias!