Sonando

miércoles, 3 de julio de 2013

Volar.

A veces, me gustaría poder reunir todas las fuerzas que tengo escondidas en mi interior, cerrar los ojos, y sin pensar en nada ni en nadie, echar a volar. Volar alto, todo lo alto que pudiera. Aún con los ojos cerrados notar el viento y la brisa que rozaran mi rostro. Aspirar el aire hasta que entrara en lo más hondo de mí. Y seguir volando. Rápido. Sin control. Todo lo lejos que pudiera y fuera posible. Hasta echar la vista a atrás y no ver nada ni a nadie. Sólo cielo. Cielo azul que me pertenece. Y seguir volando. Alejándome cada vez más hasta sentir que ya no pueda más. Y en ese momento, pudiera coger de nuevo todas las fuerzas que quedaran en mis entrañas, y junto con la emoción y adrenalina provocadas, gritar a todo pulmón que SOY LIBRE. Que ahora la que decida y mande aquí, seré yo.

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