Sonando

domingo, 4 de agosto de 2013

Futuro...

Me paso el día a día llena de frustraciones y agobios dejando que se me escape el control de mis pensamientos, los cuales se dirigen única y exclusivamente a una cosa: "El futuro." O más concretamente: "Mi futuro". Son esos momentos en los que sentada en cualquier sitio, andando por tu ciudad o hasta leyendo un libro, tu capacidad de concentración se vuelve prácticamente inexistente y sólo eres capaz de hacerte a ti mismo las famosas preguntas tipo: ¿Podré llegar a hacer todo lo que me proponga? ¿Llegaré a cumplir mis expectativas? ¿Y si sucede algo que me impide llegar hasta dónde yo quiero? ¿Aspiro demasiado alto? ¿Y si no es esto lo que deseo?...Y muchas más oraciones interrogativas que lo único que hacen es conseguir que pierdas tu tiempo disfrutando de la acción que estés haciendo, el momento que estés viviendo y/o la gente que tienes a tu lado. He aquí la conclusión y el punto al que quiero llegar. ¿Qué necesidad tenemos de estar pensando tan continuamente en algo que no sabemos, no podemos y no tenemos la certeza de que vaya a ocurrir? Porque, nos duela más o nos duela menos, el futuro nunca está claro. Nos guiamos a través de nuestras ambiciones y aspiraciones para llegar a él, pero no nos damos cuenta que éstas, también van cambiando según las posibilidades y oportunidades que nos van apareciendo en nuestro camino. Ojo, no estoy diciendo que no haya que marcarse un objetivo por el que guiarnos con la finalidad de llegar a él, pero, ¿por qué no luchar y disfrutar al mismo tiempo? ¿Por qué no dejar de pensar en algo que, al fin y al cabo, es incierto?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario